Nuestra salud y la del planeta desde la producción ecológica.

Desde la SEAE (https://www.agroecologia.net/) han publicado recientemente un documento de:

«EVIDENCIAS CIENTÍFICAS SOBRE LA PRODUCCIÓN ECOLÓGICA» con el propósito de tener argumentos a favor de la Agricultura Ecológica.

El objetivo es recoger argumentos y demostraciones científicas que sirvan para contrarrestar esos ataques que vienen en forma de mensajes a medias, bulos, o incluso los llamados mitos contra la producción ecológica.
Así pues, para evidenciar las bondades de la agricultura ecológica como una alternativa sostenible frente a la agricultura industrial, hemos recogido aportaciones científicas de alto impacto publicadas en los últimos quince años que permitan ofrecer evidencias para interceptar los ecos mediáticos que intentan desprestigiar a los métodos productivos ecológicos.
Cualquier persona o colectivo, puede disponer de esta herramienta que pretende demostrar con datos científicos las ventajas de la producción ecológica, sobre la agricultura convencional y es que el crecimiento del sector de los alimentos ecológicos supera con mucho el crecimiento de los sectores alimentarios convencionales.

La alimentación y la agricultura ecológicas responden a una demanda de la sociedad que exige medidas sobre la protección del medio ambiente y la calidad de los alimentos, haciendo hincapié en la necesidad de no utilizar a lo largo de la cadena de producción, sustancias químicas sintéticas ni organismos modificados genéticamente.
El medioambiente, la salud humana y los aspectos sociales, económicos y éticos, evidencian que este modelo de producción es socialmente justo y económicamente sostenible, y que los métodos de producción ecológicos respetan la diversidad cultural y protegen el bienestar de los animales y la salud del ecosistema, incluyendo la salud del ser humano.

Beneficios medioambientales

La erosión del suelo, la reducción de la biodiversidad, la contaminación de acuíferos, el calentamiento global y la liberación de gases de efecto invernadero, son impactos que tienen una relación directa sobre el Medio Ambiente. Estas son solo parte de las agresiones que la agricultura ejerce sobre el entorno y que ha causado enormes pérdidas de materia orgánica en los suelos, por lo que son necesarios planteamientos más sostenibles y respetuosos con el Medio Ambiente.

Se ha demostrado que la agricultura ecológica consume menos energía que la agricultura convencional, y en general, se demuestra que tiene un impacto positivo sobre el Medio Ambiente a través de las siguientes evidencias:
– – La no generación de residuos contaminantes
– – Evita la degradación de los ecosistemas
– – Respeta los ciclos naturales de los cultivos, favoreciendo la retención del agua y el equilibrio ecológico
– – Recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo en formas compostadas
– – Valora la multifuncionalidad de las parcelas agrarias
– – Garantiza el control biológico de plagas y enfermedades para proteger los cultivos
– – Almacena carbono en suelos y por tanto contribuye a la mitigación del cambio climático

Beneficios sobre la salud

Uno de los argumentos mas evidentes es que las contribuciones de la agricultura ecológica al área de la salud se focalizan en producir alimentos que contribuyan a la atención sanitaria preventiva y al bienestar común, con alta calidad nutricional, y libres de residuos (restos de nitratos, fitosanitarios, medicamentos de animales y/o aditivos alimentarios) que tienen efectos adversos para la Salud y el Medio Ambiente.

En la práctica totalidad de la literatura científica, queda constatado el mayor riesgo de contaminación por plaguicidas en los alimentos convencionales, en comparación con los productos ecológicos que son alimentos limpios que no aportan residuos al organismo.
Como ha quedado demostrado en diversos estudios, los niños y niñas alimentados con productos ecológicos tienen niveles significativamente más bajos de pesticidas que los niños y niñas que comen alimentos producidos de manera convencional, reduciendo la exposición de los niños/as y adultos a los plaguicidas.

Calidad sensorial

Además de los beneficios nutricionales, las últimas investigaciones han demostrado que la calidad sensorial de los alimentos ecológicos es mayor que la de los convencionales, lo que contribuye a la agradabilidad de los alimentos ecológicos, principalmente, de los alimentos frescos.

Como curiosidad, también en la producción de vino, los catadores atribuyen un sabor significativamente mejor al vino con etiqueta ecológica en comparación con los similares convencionales.

Enfermedades

Las aportaciones más recientes destacan la importancia de promover el consumo de alimentos ecológicos, orientando a responsables de salud (como los pediatras) para que puedan asesorar a sus pacientes con respecto a las opciones de su alimentación, sobre todo combinando los alimentos ecológicos con hábitos alimenticios, como la dieta mediterránea, por los aspectos individuales que ambos hitos presentan sobre la salud.

Las tasas altas de consumo de alimentos ecológicos se asocian inversamente con el riesgo general de cáncer, al tratarse de alimentos limpios y con mayor valor nutricional.

Benéficos sociales

La productividad de los sistemas alimentarios ha superado las necesidades de la población mundial desde los años sesenta. Si más de 800 millones de personas todavía tienen hambre, es una cuestión de pobreza, injusticia social e inequidad, y NO de producción. Todo ello promovido por el sistema alimentario globalizado; basado en modelos intensivos de producción, enorme desperdicio de alimentos y especulación de los alimentos mas básicos que suponen la dieta de gran parte del planeta.

Así, mientras en el planeta muchas personas pasan hambre, un número de personas muy similar son considerados obesos y paradójicamente un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o se desperdicia a lo largo de toda la cadena de suministro.

Cerca de 1/3 de la producción mundial de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo (MAPA 2017).

Esto representa un desperdicio de los recursos utilizados en la producción, como suelo, agua, energía e insumos. Los estudios sobre pérdidas y desperdicio de alimentos de la FAO (2012) sugieren que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierden o desperdician en todo el mundo, lo que significa que cantidades enormes de los recursos destinados a la producción de alimentos se utilizan en vano, y que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero causadas por la producción de alimentos que se pierden o desperdician también son emisiones en vano.
Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares.

Cuando se aplican todos los factores productivos, la agricultura ecológica es significativamente más rentable (22-35%) y tiene mayores tasas de beneficio/coste (20-24%) que la agricultura convencional. En cuanto a los costes totales, no son significativamente diferentes, pero los costes laborales fueron más altos (7-13%) con las prácticas de agricultura ecológica.

Precios de los alimentos ecológicos

Sin duda, una de las premisas más repetidas sobre alimentación ecológica es su coste: “los alimentos ecológicos son demasiado caros, mucho más que los convencionales”. Podría hacerse un análisis comparativo sobre el precio final y reafirmar así este mantra. De hecho, los estudios revisados señalan que los productos ecológicos suelen ser más caros que los convencionales, debido a que su producción conlleva un coste extra.
Pero no tienen en cuenta los costes extra de la agricultura convencional (PNUMA 2016), responsable de:

  • 60% de la pérdida de biodiversidad terrestre
  • 24% de las emisiones de GEI
  • 33% de los suelos degradados
  • 20% de la sobreexplotación de acuíferos
    Y estos impactos , al final, debe pagarlos la ciudadanía de su bolsillo mediante impuestos, seguros médicos o por ejemplo, subsidios al sector agrícola y ganadero.

Todos y todas sabemos como consumidores y consumidoras, que consumir implica elegir entre otras variables que no son las meramente económicas . Estas variables reflejan aspectos como la proximidad, el modelo de producción sin químicos, la contribución al desarrollo rural sostenible, la calidad de los alimentos… Por ello hay consumidores/as que están dispuestos a pagar más por los productos ecológicos, debido a esos beneficios de salud y ecológicos percibidos. Son motivos que pueden considerarse como una prima por proteger el Medio Ambiente, el bienestar animal y los beneficios sociales y económicos.

Critica la prensa

A lo largo de este artículo se recogen suficientes argumentos científicos recientes que, como punto de partida, muestran porqué la producción ecológica es una vía factible para llegar a la seguridad y soberanía alimentaria de los territorios que, al fin y al cabo, es el derecho de las personas a alimentarse dignamente.

Este modelo es una alternativa posible frente a todos esos retos a los que se enfrenta nuestro planeta finito: degradación del suelo, cambio climático, pérdida de biodiversidad, desperdicio alimentario…
Lo contradictorio sigue siendo que, ante este panorama de alto impacto medioambiental, social, económico e incluso ético.
La mayoría de los mensajes emitidos en medios de comunicación, masivos no evidencian las bondades de la producción ecológica sino más bien, reflejan los intereses económicos y de poder de “unos pocos” que acaban marcando el destino de muchas personas.

Además, los alimentos deben cumplir con la función de nutrir, mantener la salud y prevenir enfermedades, algo realmente básico que a muchas personas a veces se nos olvida, por eso es fundamental un cambio de paradigma total: la transformación agroecológica del sistema agroalimentario.